Lo que hace que sea tan útil es lo fácil que es de usar. Una vez está instalado, si voy a una página en japonés (por ejemplo, si me apetece comprar un comic tan interesante como Mahoraba, que por lo que sé no ha sido publicado en Occidente) sólo tengo que pasar el cursor por encima de una palabra para que salga su definición, directamente. Constan incluso elementos culturales, como en esta imagen:

Es realmente una herramienta de estudio, porque aparte de definir los kanjis en inglés, también dice cómo se leen y en qué forma gramatical están los verbos. Por ejemplo, un temible potencial/pasivo:

Así a priori puede no parecer nada del otro mundo, pero luego entra uno en BK1 y se da cuenta de que de repente puede entender prácticamente todo lo que pone. Y es un alivio saber que estoy comprando el libro que yo quiero y mandándomelo a mi casa, en lugar de comprar una enciclopedia de bailes folkóricos por accidente y mandársela a un completo desconocido en Singapur.
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