30 mayo, 2008

¡Hasta en el fin del mundo!

San Francisco está llena de sorpresas. Algunas, como ir paseando por Fisherman's Wharf y cruzarse con una fila de turistas en Segway, son el tipo de sorpresa que, valga el oxímoron, uno casi espera encontrarse en una gran metrópolis (aunque aquí en Londres nunca funcionaría; por la acera esos cacharros atropellarían a los peatones, y por carretera desaparecerían debajo de los autobuses gigantes). Incluso después de haber montado en Segway personalmente, lo que no me esperaba es darme de bruces con una estatua dedicada a Cervantes y a Don Quijote en medio del Golden Gate Park.

La placa que había al pie tenía un nombre español y una fecha, pero sigo sin tener ni idea de cómo ha ido esta estatua a parar al parque. En internet se le puede echar un vistazo más interactivo, pero no encuentro la razón o la historia de este homenaje.

28 mayo, 2008

Recortando costes


¿Qué mejor manera de comenzar una nueva temporada que con fotos de las vacaciones? Lo que ven arriba es uno de los muchos bazares que hay en la Chinatown de San Francisco. Venden lo mismo que venden todos los demás bazares: ropa pseudo-tradicional china, llaveros con signos del zodiaco chino, incienso, figuritas de Buda, traductores, paraguas de papel... No, esperen, ¿traductores?

Voy a suponer que el letrero de neón que se ve en la foto se refiere a traductores automáticos, tipo de bolsillo (los de japonés pueden ser increíblemente útiles si tienen pantalla táctil), porque las otras teorías dan un poco de miedo. ¿Tendrán una mazmorra con docenas de traductores encadenados cada uno a su máquina de escribir potencialmente contaminante? Como si no hubiera ya bastantes traductores malpagados en el mercado. Podría haber entrado a preguntar, pero al final me pudo el pánico y pasé de largo, mirando a ver si en otras tiendas veía letreros de neón que dijeran "Costureras", "Editores" o "Contables", pero nada.