30 abril, 2012

Género versus sexo



Voy a iniciar con este post la publicación de algunas normas que orienten a los despistados, a los que no saben dónde buscar y a los que no encuentran aunque busquen desesperadamente (como a Susan). Me baso en un librito editado por el Instituto Cervantes, Guía práctica del Español Correcto que escrito por Florentino Paredes García hace honor a su título y es sumamente práctico.

Un tema que induce a confusión es el del género, a menudo confundimos género y sexo. Mientras género es una propiedad gramatical que se aplica a las palabras, el sexo es una característica biológica de los seres vivos. Algunos idiomas tienen dos géneros: femenino y masculino, pero otros -como el alemán- tienen tres: femenino, masculino y neutro. En la adjudicación de un género determinado a las cosas no existe lógica alguna, la palabra mesa pertenece al género femenino y la palabra sol al género masculino pero no hay ninguna razón, más allá de la etimología, para que esto sea así. De hecho conocer el género de las palabras suele ser uno de los escollos a la hora de aprender una lengua. Entre los estudiantes de español es habitual que se guíen por la terminación "a" a la hora de adjudicar el género femenino y ciertamente les servirá en general pero también se encontrarán diciendo "la sistema" o "la programa".

Veamos cómo debemos actuar en los nombres de profesiones:

Si el nombre de una profesión o cargo está formado por un sustantivo y un adjetivo, ambos elementos deben concordar en género, dependiendo del sexo del referente: debe decirse la primera ministra, una guarda jurada, una detective privada, etc., y no la primera ministro, una guarda jurado, una detective privado.
La regla es clara: coherencia.

27 abril, 2012

Los chinos aprenden inglés



Hoy les traigo uno de los anuncios del banco HSBC (The  Hong Kong and Shanghai Banking Corporation). En él se dice, como ven ustedes en la foto, que hay cinco veces más gente aprendiendo inglés en China que habitantes tiene Inglaterra.

Curioso, ¿verdad? Este anuncio estaba colgado en el aeropuerto de Nueva York e hizo que me detuviera en seco. ¿Cómo es posible que haya más gente aprendiendo inglés en China que habitantes tiene la propia Inglaterra? Es un dato que choca si tenemos en cuenta que los chinos son casi 1.340 millones de personas y que el país posee una pujante economía. En esa tesitura lo lógico sería que los chinos esperaran que fuéramos los demás quienes aprendiéramos su idioma. Pero leamos la letra pequeña del anuncio (los bancos siempre tienen letra pequeña): "El mundo pertenece a aquellos que ven su potencial".

En este mundo global los chinos aprenden inglés, los americanos lidian con el español y nosotros tendremos que aprender inglés y chino si queremos viajar y hacer negocios con el mundo. No me parece mal asunto, estoy convencida de que hablando se entiende la gente.

24 abril, 2012

Del ir y el volver












Los viajes se inician con alegría y, en mi caso al menos, se finalizan con alegría. En este paréntesis tan largo he ido y vuelto dos veces. El primero de los viajes devolvió a casa una persona más feliz, los ojos llenos de belleza, el alma crecida y la sonrisa perenne en la boca.

El segundo de los viajes, casi un viaje en el tiempo más que en la distancia, ha sido como una terapia de choque y ha devuelto a mi casa a una mujer llena de impotencia,  desgarbada  por el peso de lo visto y con los ojos irritados de tanta tierra quemada.

El que se va es distinto del que vuelve y hasta la misma realidad que se dejó es distinta cuando regresas porque tu la ves de otra manera. Siento no haberles escrito al regreso del primer viaje porque las líneas hubieran danzado solas. Ahora que todavía no he digerido el segundo, debo por fin hacer acto de presencia esperando que las palabras que desgrano aquí me eleven un poco. Algún día tendré también que hablar de la incomunicación más allá de las palabras.

No obstante, sigan viajando.             

06 abril, 2012

¡Ay, los tósigos!


Encontrar una palabra nueva me produce una gran alegría. Es como una sorpresa, tus ojos recorren una línea acostumbrados a lo habitual y de repente, zas, ¿qué es esto? ¡Una palabra desconocida!

Dentro de esta categoría, las mejores son las que no me suenan a nada, las que no despiertan en mi ningún eco, las que me desconciertan. A esta clase pertenece tósigo y la encuentro en este contexto: "¿Qué es esta locura de padecer tósigos y sofocos si no hay nadie que nos quiera, y tósigos y ansias cuando nos quieren?"*. Debe ser algo que se padece pero no parece solo negativo porque también nos acaece cuando nos quieren.

Veamos qué dice la Academia:

tósigo
.

(Del lat. toxĭcum, y este del gr. τοξικὸν φάρμακον, veneno para emponzoñar las flechas).
1. m. Veneno, ponzoña.
2. m. Angustia o pena grande.


Así que eso era, una angustia, una pena, un veneno. ¿No me digan que no es una palabra preciosa? Aprópiensela y suéltenla cuando menos se la espere su interlocutor. La sorpresa está asegurada.

* La cita es del libro El Tejado de Vidrio de Andrés Trapiello, Valencia, 1994.

03 abril, 2012

Un poco demasiado

Hace unos días les hablaba de cómo crecía el español en Estados Unidos, ahora que escribo tras un viaje a la Costa Este de ese país, les quiero comentar una noticia publicada en "El Tiempo Latino", un periódico editado por The Washington Post, lo cual en sí mismo ya dice bastante de la fuerza del castellano.

El periódico explica que en el condado de Frederick, en Maryland, [situado al noroeste de Washington DC] una ordenanza que ha establecido el inglés como idioma oficial ha levantado ampollas entre las comunidades de habla no inglesa, sobre todo entre las de origen hispano.

Sí, sí, han leído bien, los inmigrantes no están de acuerdo con que el inglés sea declarado idioma oficial. Las autoridades se apresuran a explicar que nada cambiará de hecho: "Se seguirán enseñando otros idiomas en las escuelas y prestando servicios de traducción en las cortes" a lo que el presidente de la Cámara de Comercio Hispana MID-Atlantic, Jorge Ribas, le responde: "Si no cambia nada, lo único que está haciendo es intimidar a una comunidad inmigrante creciente, especialmente a la gente que emigra cuando es adulta y se le hace difícil aprender el inglés". ¿Mande? Está muy bien que el español extienda sus dominios pero esto me parece francamente excesivo.

Algunos hispanos se avienen a dulcificar un poco su postura: "Todos sabemos que para tener éxito debemos aprender el inglés, pero por qué hacer énfasis en oficializarlo", mientras otros conservan los pies en el suelo (y no es coña por lo de la zapatería): ""Para mí el inglés siempre fue el idioma oficial... Estamos en U.S.A.", dijo a The Washington Post Alex Ramos, quien emigró de El Salvador hace 23 años y es dueño de una zapatería".

¿Se imaginan ustedes que los alemanes de Mojácar, por poner un ejemplo, protestasen por que el idioma español sea declarado oficial? Pues eso.

02 abril, 2012

¿Vivimos en la cultura de la imagen y no en la de la palabra?

Uno de estos días leyendo Moonlight Mile de Dennis Lehane, un buenísimo autor americano de novela negra, me sorprendieron un par de párrafos de este libro. Tras entrevistar a un grupo de chicas adolescentes, el protagonista se hace la siguiente reflexión:

"After my daughter was born, I'd considered buying a shotgun to ward off potential suitors fourteen or so years up the road. Now, as I listened to these girls babble and imagined Gabby one day talking with the same banality and ignorance of the English language, I thought of buying the same shotgun to blow my own fucking head off.Five thousand years of civilization, more or less, twenty-three hundred years since the libraries of Alexandria, over a hundred years since the invention of flight, wafer-thin computers at our fingertips, which can access the intellectual riches of the globe, and judging by the girls in that room, the only advanced we'd made since the invention of fire was turning like into an omni-word, useful as a verb, a noun, an article, the whole sentence if need be."

Y, claro, no podía estar más de acuerdo con él. Esta es una traducción libre de los párrafos anteriores:

"Tras el nacimiento de mi hija, consideré la posibilidad de comprar una pistola para ahuyentar a los posibles pretendientes. Ahora, al escuchar a estas chicas balbucear sin sentido, imagino a mi hija Gabby hablando un día con la misma banalidad e ignorancia del idioma inglés, y pienso en utilizar esa pistola para pegarme un tiro en la cabeza.Cinco mil años de civilización, más o menos, dos mil trescientos años desde la Biblioteca de Alejandria, más de cien años desde la invención del vuelo, tras tener acceso a través de los ordenadores a toda la riqueza intelectual del mundo... compruebo, a juzgar por el lenguaje de esas chicas, que el único avance que hemos realizado desde la invención del fuego ha sido convertir como en una especie de palabra omniprensente que se puede usar como verbo, nombre, artículo o, incluso, como una frase completa si fuera necesario."

¿No les parece que otro tanto podríamos decir del español cuando escuchamos una conversación entre adolescentes? ¿Es una coincidencia o hay algún tipo de conexión? ¿Quizá es que vivimos en la cultura de la imagen y no en la de la palabra? ¿O siempre ha sido así y no recordamos nuestras carencias de adolescentes?


PD. Por cierto, les recomiendo vivamente el libro, es buenísimo.