29 diciembre, 2006

Virus, a la antigua usanza

A pesar de la popularidad de los virus informáticos, los pasados de moda siguen existiendo. Me estoy refiriendo al anisakis, el bicho ese que nos acecha cada vez que queremos comer pescado crudo. A mí se me ocurren mejores maneras de celebrar el Año Nuevo que con una trucha cruda, pero bueno.

Bueno, al caso. El Ministerio de Sanidad ha publicado anuncios en varios periódicos en los que nos aconseja sobre la eliminación del anisakis. En concreto, nos explica un par de maneras para "inactivar" el virus.

Mi primera pregunta es: ¿qué es esto de "inactivar"? En el DRAE no consta, aunque en WordReference sí. Si buscan en Google, verán que hay bastantes resultados diferentes, aunque todos de estilo técnico: mecanismos, organismos, etc. Su significado queda claro en los ejemplos, y es transparente en la palabra misma. Supongo que habrá venido del inglés, donde al parecer inactivate sí que existe.

La verdadera pregunta, por supuesto, es: ¿a qué viene esto? ¿Hace falta? A mí me parece que no hace ninguna falta, cuando tenemos "desactivar" para el mismo propósito. Su primera definición es "anular cualquier potencia activa", lo que viene de perlas para todos los ejemplos que registra Google: el anisakis, un mecanismo, lo que sea.

Esta innovación morfológica también tiene problemas semánticos. Tiene sentido que algo esté "inactivo": no está activo, independientemente de si lo estaba antes o no. "Inactivar" da a entender (y con "da a entender" quiero decir "me parece a mí") que tampoco tiene en cuenta la posible actividad pasada del objeto en cuestión, pero es que es imposible: "hacer perder la actividad" menciona explícitamente que había actividad en primer lugar. Por ello, "desactivar" sigue siendo el candidato perfecto.

Lo más probable, supongo, es que los autores de todos estos textos teman que "desactivar" se haya generalizado demasiado y han inventado una manera de decir lo mismo que resulte más extraña al lector, lo que a su vez conferiría más autoridad al texto. Es un esfuerzo de prestidigitación digno de mejores causas: si tienen que inventarse palabras para tener más autoridad, automáticamente tienen mucha menos.

Además, el artículo/anuncio del Ministerio también cae en el error de utilizar mayúsculas para resaltar una idea, en lugar de ponerlo todo en cursiva. Cada vez que leo algo parecido me entran ganas de decir: NO ME GRITEN, POR FAVOR.

21 diciembre, 2006

Supuestos abusos

Hay ciertas cosas que me sacan de mis casillas, como los energúmenos que deciden espontáneamente que las crujientes patatas fritas que llenan una ruidosa bolsa de plástico serán un maravilloso aperitivo para masticar con la boca abierta en el cine, pero sólo después de haberlas revuelto con energía y salero para encontrar esa patata que estaba al fondo de la bolsa y que sencillamente no se podía dejar para el final. "Una Verdad Incómoda" nunca había sido tan incómoda.

Otra cosa que no aguanto es que los medios ya no sepan cómo utilizar el comodín "supuesto". Aunque esto todavía no es Estados Unidos, donde su equivalente es alleged, todas las organizaciones con un mínimo de proyección pública tienen que cubrirse mucho las espaldas ante posibles demandas por libelo o difamación.

En realidad es algo bueno y positivo que la gente se lo piense dos veces antes de hablar, pero es que ése ha dejado de ser el caso. Veamos un ejemplo:

Marcos es el supuesto asesino de Margarita.

Esta frase es correcta. Todavía no sabemos si Marcos de verdad es un asesino o no, pero en el juicio lo han acusado formalmente y todo apunta a que lo van a condenar.

Marcos asesinó supuestamente a Margarita.

Esta frase, aunque fea de narices, también es correcta. Sería mejor decir "Supuestamente, Marcos..." o "Se supone que Marcos...", pero bueno, sigue siendo una hipótesis.

Marcos ha sido acusado del supuesto asesinato de Margarita.

Y ésta, por fin, es la frase que más se usa en todos los medios y que no me parece correcta en absoluto. Sea Marcos inocente o culpable, fuera Margarita asesinada o muriera de forma natural, el juez ha dicho: "Le acuso a usted de asesinato". Da igual que el asesinato sea supuesto o real, la acusación es real.

Quizá resulte más claro si lo comparamos con el ejemplo: "Lo ha tachado de imbécil". Aquí da igual que la persona en cuestión sea imbécil o no, ése no es el argumento de la frase. De igual modo, que nuestro Marcos haya sido acusado es un hecho irrefutable que ningún abogado puede cuestionar (de hecho, la presencia de abogados surge precisamente de la acusación).

Por desgracia, el "supuesto (fraude, crimen, etc.)" se ha convertido en un reflejo de locutores y presentadores de todas partes, hasta tal punto que al oír una noticia en la que no usan el término cuando no hace falta me embarga una sensación de paz. Como al ver una galería llena de gatitos.

19 diciembre, 2006

Futuro de Subjuntivo

Don Gutierre:
Y éstos [son] mis brazos,
cuyo nudo y lazo fuerte
no desatará la muerte,
sin que los haga pedazos.

Don Arias:
Confirmen estos abrazos
firme amistad desde aquí.

Don Enrique:
Eso queda bien así.
Entrambos sois caballeros
en acudir los primeros
a su obligación; y así
está bien el ser amigo
uno y otro; y quien pensare
que no queda bien, repare
en que ha de reñir conmigo.

Don Gutierre:
A cumplir, señor, me obligo
las amistades que juro:
obedeceros procuro,
y pienso que me honraréis
tanto, que de mí creeréis
lo que de mí estáis seguro.

Don Gutierre no está tan contento como quiere aparentar, pero ése no es el motivo de que cite "El médico de su honra", de Calderón. Yo creía que el futuro de subjuntivo, ese pensare que parece un infinitivo latino, sólo se encontraba en textos de Cervantes, Lope o el susodicho Calderón, pero estaba equivocado.

Una de las noticias que ha venido apareciendo en los medios estos días es aquella sobre el alcohol y la conducción (consejo de "Gracias por fumar": Si bebes y conduces, chupa carbón). Para ejemplificar algún argumento u otro han empezado a surgir citas del Código Penal que empiezan diciendo, o contienen, "Quien condujere...".

Una búsqueda de Google ya nos permite saber que el futuro del subjuntivo se usa más de lo que parece. Puestos a buscar por los cauces oficiales, la página del Ministerio de Justicia es lo bastante intrincada como para recordarme que se está muy bien en el lado bueno de la ley. Si escribo "condujere" en su cuadro de búsqueda, me sale un documento cuya naturaleza exacta no sé distinguir pero que nombra dos veces el término. Es difícil saber si hay más instancias del tiempo verbal con otros verbos, por razones evidentes (prueben a pedirle a su buscador favorito que busque -are o -ere). Aunque hubiera encontrado más ejemplos tampoco podría citarlos aquí, porque el sitio web genera sus páginas de manera muy rara y odia las links.

Pero bueno, la conclusión: ¿de verdad significa algo que el futuro de subjuntivo aparezca mucho en Google? Lo dudo mucho, porque prácticamente todas las instancias parecen pertenecer a documentos oficiales y legales. Son documentos que por definición tienen que ser específicos y les viene bien poder referirse a actos hipotéticos y futuros a la vez. Sin embargo, creo que fuera de estos canales seguimos arreglándonoslas con el presente.

17 diciembre, 2006

Oferta Navideña

Yo tengo vacaciones de Navidad. Los encargados de traducir títulos de películas, al parecer, también.

Vale, vale, eso no ha sido justo. Ya sabemos que no hay ningún "encargado de traducir títulos de películas".

Pero bueno, estas fiestas vamos a tener otras dos películas familiares con título inexplicable. Primero está Unaccompanied Minors, que se ha convertido en "Peligro: Menores Sueltos". Aunque se parecen en algo, la gracia del título inglés es que es un término burocrático, del tipo que se escribe en los folletos que dan en los aviones, mientras que en español es un horrible intento de hacer que la peli parezca "molona" y de comedia.

Luego está Zoom, que se ha convertido en "Pequeños Grandes Héroes". Quizá debería repetir: ZOOM. PEQUEÑOS GRANDES HÉROES. Sin comentarios...

13 diciembre, 2006

Ratónpolis / Chihiro

Los que quieran ver una peli de animación estas Navidades y sean capaces de apartar la mirada del magnético claqué de Happy Feet irán a ver, seguramente, "Ratónpolis".

Venga, sin rodeos: el título original es Flushed Away. ¿Será acaso una parodia/referencia a Spirited Away, que aquí conocemos como "El viaje de Chihiro"? A lo mejor es solamente una referencia al argumento, eh, digamos, "alcantarillero", si me permiten la improvisación. En serio, ¿de verdad hace falta inventarse un torpe y antinatural "Ratónpolis" para esto?

Pero ya que hemos mencionado a Chihiro, volvamos con ella. Éste parece ser un caso más de Lost in Translation, pero en realidad (y sin que sirva de precedente) los que han metido la gamba son los angloparlantes: el título original japonés es 「千と千尋の神隠し」 (Sen to Chihiro no kamikakushi). Si no me equivoco, y corríjanme si lo hago, viene a querer decir algo así como "el viaje espiritual de Sen y Chihiro".

Los que hayan visto la película sabrán que Sen y Chihiro son la misma persona (si se dan cuenta, el nombre de Sen viene del primer carácter del nombre Chihiro), así que en realidad "El viaje de Chihiro" es una traducción más que competente. ¡Felicidades! Es el título inglés el que se ha cargado el nombre de Chihiro, supongo que por miedo a que los niños americanos se trabaran la lengua hasta morir si tuvieran que pronunciarlo.

09 diciembre, 2006

Cómo se nota el puente, ¿no?

Parece que no soy el único que disfruta de un superpuente o acueducto. Hoy mismo, por ejemplo, el corrector de Noticias Cuatro se ha tomado un día libre que espero que le haya sentado de fábula. Como se deduce del cartel de "La ortografía importa" de la derecha, yo siempre he pensado que merece la pena poner algo de atención en lo que uno escribe, pero está claro que no es una opinión compartida.

La presentadora (y sólo ella, porque Iñaki también está de puente) ha dado paso a una de esas "noticias" tan propias del verano y de las Navidades que vienen a decir "la gente gasta mogollón, tío". Nos han informado que todo el mundo está aprovechando este sábado entre festivos para lanzarse a comprar de todo. A mí ya me habría gustado unirme, pero en la FNAC se han negado a pedirme el Cancionero, así que nada.

Sobre la pantalla aparece el titular de la noticia: "Apogeo comunista".

02 diciembre, 2006

Competencia, Segunda Parte

A veces el mundo se pone de acuerdo. A veces el mundo se pone de acuerdo sobre cosas buenas, pero a veces lo que se extiende son cosas malas. Esta semana, por desgracia, tenemos epidemia de las malas.

En una entrada anterior nos preguntamos exactamente cuán tontos se creen las autoridades universitarias que son sus alumnos. Créanselo o no, resulta que el mismo día que a los estudiantes de la UPV nos definían la palabra "competencia" a los empleados de la Kutxa les entregaban un documento de algún tipo en el que también definían "competencia". ¿Pero qué es esto? ¿Por qué nadie parece saber lo que significa esta palabra tan mundana?

La definición de la Kutxa es la siguiente:

"conjunto de comportamientos, habilidades, conocimientos y actitudes que favorecen el correcto desempeño del trabajo y que la organización tiene interés en desarrollar y reconocer en sus colaboradores de cara a la consecución de los objetivos estratégicos de la empresa."

También me han enviado otra definición, ésta del profesor Philippe Perrenoud (me temo que lo cito de segunda mano):

"capacidad de movilizar recursos cognitivos para hacer frente a situaciones."

Admito que me sorprende sobremanera esta especie de invasión sincronizada de definiciones no solicitadas. Todas vienen a decir lo mismo que la definición del DRAE: idoneidad para hacer algo. Las diferencias entre las tres otras definiciones que hemos manejado ("objetivos estratégicos de la empresa", "conocimientos y técnicas", "recursos cognitivos") son añadidos específicos de cada campo. En otras palabras, no son especificaciones necesarias para la comprensión del término, sino detalles sobre su aplicación en un campo determinado.

Si en definitiva todos estamos de acuerdo en lo que significa "competencia", ¿por qué insisten en definírnosla?

P.D.: Por supuesto, si alguien les define "competencia" a ustedes también, no duden en decírmelo para que pueda añadirlo a esta pequeña pero creciente colección. A lo mejor estamos descubriendo un fenómeno a escala global. Cosas más raras se han visto.

29 noviembre, 2006

El gran centro comercial de la naturaleza

Parece que esta semana nos han hecho un dos por uno en obviedades, porque en un suplemento del Diario Vasco de hoy me encuentro con la siguiente perla, anunciada en un cuadro de texto y todo:

"San Juan de Luz ha sido catalogada como la ciudad con mayor oferta comercial de Iparralde. No por su espléndido marco natural sino por la gran variedad de los artículos que allí se encuentran."

No me diga. En algún lugar del mundo, un jurado se ha reunido y ha decidido que San Juan de Luz tiene una gran oferta comercial, ¡y no han tenido en cuenta su marco natural! De nuevo, igual sólo me parece raro a mí, pero a mí no me hacía falta que me dijeran que "comercial" se refiere a artículos en venta y no a preciosos paisajes. Entiendo que el periodismo a menudo consiste en coger una columna de información y transformarla en tres columnas de reportaje, si puede ser para que encaje con la foto, pero a pesar de la amplificatio del oficio sigo pensando que el resultado final debería tener un mínimo de sentido y coherencia.

Después de haber leído esta joya de contradicción (que se repite en el texto mismo del artículo con la misma falta de coma antes de "sino..." pero encima faltándole el punto final), supongo que en el periódico de mañana leeremos algo así como "Al Gore ha sido nominado al Oscar al Mejor Documental no por su magnífico risotto de gambas con pan y almendras, sino por su documental Una Verdad Incómoda. Líderes de todo el mundo manifiestan su sorpresa".

27 noviembre, 2006

Competencia

Esto... ¿a ustedes la palabra "competencia" les parece especialmente infrecuente? ¿Creen que se merece una entrada en nuestra sección Renacimiento? Si la utilizan en una frase hablada, por ejemplo, ¿la ponen entre comillas con los dedos, haciendo que las manos parezcan conejitos saltarines?

Yo también he respondido que no a todo. "Competencia", "incompetente"... Son todos términos relativamente comunes en casi todas sus acepciones.

Lo digo porque hoy en nuestra universidad nos han pasado las nuevas encuestas de opinión sobre los profesores. Algunas de las preguntas son tan fascinantes como "¿Favorece una actitud reflexiva?". No he sabido cómo contestar a eso. ¿Qué es una actitud reflexiva? ¿Sentarse como el Pensador de Rodin? Pero bueno, lo que nos incumbe (lo que nos compete) es que una de las preguntas era ¿Está la programación enfocada hacia el desarrollo de competencias relacionadas con la asignatura? Resulta que "competencia" llama a una nota al pie que explica, y cito textualmente:

*competencia: combinación de conocimientos, técnicas, habilidades, actitudes y valores que posibilitan desarrollar adecuadamente una función, tarea o actividad.

Para ser la universidad un organismo independiente (en lo que a lingüística se refiere) y por consiguiente con toda libertad para montarse unas definiciones más pícaras que las "oficiales", nos han endilgado un tocho de definición más complicada que la del DRAE.

Sin entrar a discutir si definen el término bien o mal, mi pregunta es: ¿hacía falta una solitaria nota al pie de una encuesta para definirnos "competencia"? Alguien que no estudia filología podría decir con mucho optimismo que los alumnos de filología no requerimos que nos definan nada por lo puestos que estamos en la materia, pero la carrera es irrelevante. Ningún estudiante universitario necesita que le definan competencia. Tampoco hace falta una carrera para haber aprendido un término que los telediarios emplean casi cada día.

Lo que está claro es que los redactores de la encuesta no temen que pensemos que se refieren (¡toma oración compuesta!) a la primera acepción del término, o sea, "competición", porque eso sí que no tiene nada que ver con las clases. Así que por fuerza temen que no conozcamos la palabra en absoluto. Perdonen, pero tiene narices la cosa, porque no es que utilicen una variante distinta a la del diccionario: es que encima es exactamente el uso habitual que recibe.

Ya puestos, exijo formalmente que me definan también "reflexión", que con sus tres sílabas excede claramente la competencia de mi intelecto universitario. También pediría a los señores redactores que nos separen las palabras por sílabas, para que las leamos con más facilidad: pun-tua-li-dad. Es más, ya que es de todos conocido que los universitarios no nos acercamos a medio kilómetro de un libro a no ser que haya un bar al lado de la biblioteca, me gustaría que estas definiciones fueran acompañadas por útiles ilustraciones que ayuden a transmitir el mensaje.

23 noviembre, 2006

Pudibundez

La palabra de hoy la descubrí hace poco en La viuda valenciana, más concretamente en una de las notas de Teresa Ferrer. "Pudibundo" viene a querer decir "mojigato", algo que va un paso más allá de "pudoroso".

No es un significado especialmente interesante o impactante, pero me hace mucha gracia cuánto se parece a "furibundo". Da pie a todo tipo de expresiones coloridas. Por ejemplo, los puritanos que se escandalizan cuando alguien enseña algo de piel en una película sin que le cambien la restricción por edades a "Porno duro", son unos pudibundos furibundos.

¡El que sea tan difícil de pronunciar de corrido sólo lo hace más emocionante!

20 noviembre, 2006

Titus Solo, Peake Intraducible

Hace aproximadamente un mes vimos lo difícil que podía resultar traducir una frase de Robert Heinlein, pero aunque difícil desde luego era fascinante, así que vamos a repetir la hazaña con otra fuente literaria:

"He only knows that he has left behind him, on the far side of the skyline, something inordinate; something brutal, something tender, something half real; half of his heart, half of himself."

Procede del primer capítulo de Titus Solo, de Mervyn Peake. El libro tiene otros dos (Titus Groan y Gormenghast, en ese orden, aunque para mí el primero siempre será el mejor) antes, así que los lectores que llegan al tercero ya conocen bien a los personajes de la saga, pero incluso los que nunca han oído hablar siquiera de Gormenghast perciben lo evocativa, profunda y personal que es esta frase. ¿Podemos conseguir que suene igual en castellano?

"Sólo sabe que ha dejado atrás, en el lado lejano del cielo..."

Bueno, el primer escollo es bastante fácil de superar. "Atrás" podría sustituirse por "a sus espaldas".

"Sólo sabe que ha dejado atrás, al otro lado del horizonte, algo inconmensurable; algo brutal, algo tierno, algo medio real; la mitad..."

Ay, casi la habíamos arreglado toda de un tirón. Me gusta muchísimo la palabra inordinate, pero "inconmensurable" tiene tanta presencia que no me parece que se pierda nada en la traducción. Pero lo difícil es el transparente pero emocionante juego de palabras que Peake hace entre "medio real" y "la mitad de su corazón"; half sirve para ambos casos. En castellano tenemos que usar dos palabras diferentes que no se pueden intercambiar.

Podríamos intentar "algo medio real; medio corazón...", pero ¿qué hacemos con half of himself? "La mitad de sí mismo" funcionaría, pero queremos seguir con la estructura "medio". ¿Medio qué? ¿Cómo traducimos himself? "Media persona" no suena nada bien. Lo mejor sería volver atrás y tratar de cambiar "algo medio real" por una expresión parecida que nos permita introducir "la mitad de su corazón, la mitad de sí mismo", pero ¿cuál es? "Algo real a medias" no nos ayuda. "Algo que es casi un poquillo real, sabes, pero no del todo" no es una opción. ¿Qué hacemos?

Una vez más, como en el caso de Heinlein, no estoy formulando preguntas retóricas para hacerles pensar mientras llego a mi conclusión. Son preguntas de verdad, cuya respuesta todavía no se me ha ocurrido, y no hay una conclusión. No sé cómo podría traducir esa frase para mantener esa sintaxis que encaja como la maquinaria de un reloj suizo y la concatenación de ideas que evoca.

¿Alguien tiene alguna sugerencia? ¿Alguien sabe cómo se las ha arreglado el traductor de la versión española (yo sólo tengo la inglesa)? ¿Es normal preocuparse por esto antes que por la boda?

17 noviembre, 2006

Cuida Esa Lengua responde

En la entrada anterior, Ludwig pregunta por uno de los palabros que se me colaron. La intención de este blog es precisamente demostrar que el interés por la lengua es universal, así que si vuelvo a infrigir mis propias normas, no duden en recordármelo. La variación diastrática, al caso, es la relativa al nivel social del hablante. Si la variación regional son las diferencias entre el castellano de un catalán y el de un gallego, la diastrática es la que hay entre el habla de una persona de clase baja y sin educación formal y el de un adinerado licenciado universitario. En lo que respecta a la entrada anterior, uno de los entrevistados se quejaba precisamente de que esa variación está empezando a desaparecer, que cada vez importa menos qué nicho de la sociedad ocupe uno.

Sobre el famoso "todos y todas" que se escucha principalmente en boca de algunos políticos (o políticas), admito abiertamente ser partidario incondicional del "todos" único. La cosa (o el acoso) es que, en morfología, hay otra manera de llamar al género masculino y femenino: género marcado y no marcado. Eso quiere decir que "todas" tiene marca, tiene una banderita que nos la señala como una palabra femenina. No es que "todos", estrictamente, sea masculino, sino que no tiene marca. Evidentemente, si "gato" no tiene marca de femenino es evidente que va a ser un gato macho, pero en casos más engañosos como "todos" la palabra no nos está diciendo que el público consista enteramente de hombres, sino que no consiste enteramente de mujeres.

El uso constante de los dos géneros, como ya dicen muchos articulistas que se han pronunciado al respecto, lo único que conseguirá es debilitar las frases en las que la distinción sí que tenga sentido. Por ejemplo: "En mi colegio los niños y las niñas llevan pantalones". En este caso usamos el masculino y el femenino, con razón, porque queremos distinguir expresamente que el uniforme del colegio no obliga a las niñas a llevar falda. Por el contrario, si estamos acostumbrados a utilizar el "vascos y vascas", no nos daremos cuenta: para nosotros "niños y niñas" será una única palabra sin género aparente, así que para enfatizar la distinción tendremos que alargar la frase con "tanto... como...".

Lo de la arroba todavía es peor, porque ni siquiera es una letra, sino un signo extralingüístico. Además, como suele decir uno de nuestros profesores, por mucho que digas tod@s para intentar ser equitativo, la A sigue estando encerrada dentro de la O...

14 noviembre, 2006

Periodismo de ficción

Allá por Language Log están tan curados de espanto que cada vez que un periodista habla de lingüística ya les entra la risa. Aquí en Cuida Esa Lengua no tenemos tanta experiencia, así que a veces todavía me llevo un susto cuando aparece un artículo como éste que publicó El País en su suplemento del domingo.

Para empezar, la periodista está empeñada en que el español está siendo brutalmente asesinado cada día por prácticamente todos sus hablantes, que al parecer una vez hayan matado el idioma incinerarán el cadáver y usarán sus cenizas para practicar rituales satánicos mediante los que prolongar aún más la agonía de la lengua. Qué quieren que les diga, a mí me parece una visión bastante pesimista y alarmista, pero mucha gente está de acuerdo (en cualquier época de la historia).

Lo curioso del asunto es que, según la periodista, la ofensa más grave que cometemos al hablar es decir "vale". Dice que es parte de un grupo de latiguillos, pero el caso es que cita esa palabra nada menos que cuatro veces, ya son unas cuantas. El primer problema es que cuando la periodista dice que "vale" se usa muchísimo, es exactamente igual que cuando yo digo "el pelo de unicornio cura las verrugas". Sin citar fuentes no se pueden hacer afirmaciones del tipo "verdad universal".

Pero incluso si nos creemos la alarma enteramente ficticia de la periodista, ¿por qué es tan malo que "vale" goce de pleno uso? Doy por sentado que todo el mundo lo sabe, pero "vale" ya lo usaban los romanos para despedirse, después de haberse saludado con "ave". Sobre lo de que es la traducción del inglés OK, bueno, eso dejémoslo. ¿Pero qué podríamos utilizar para indicar acuerdo, si no es la fórmula romana? ¿"Sí"? ¿"Muy bien"? ¿"Que me place", como Don Quijote? ¿No serán entonces ellas mismas las que abusamos?

Lo bueno que tiene el artículo es que, a pesar de empezar con las ensoñaciones de la periodista, procede a buscar consejo profesional y cita a un lingüista que, como era de esperar, no se preocupa lo más mínimo por el uso de expresiones perfectamente normales. "Son tácticas de conversación", dice, lo que a mí me parece una forma educada de decir "¿Pero qué me está contando?".

Por último, el artículo sigue mejorando y acaba ofreciéndonos una reflexión que de verdad merece la pena y que no carece en absoluto de interés: la de los estilos del lenguaje. Lo que en lingüística llamamos "variación diastrática", ¿está en peligro? Y si lo está, ¿es bueno o malo?

En realidad, en todo lenguaje hay estilos elevados y vulgares. Me parece que el hecho de que hasta el individuo más analfabeto y menos educado (por "formado") de la sociedad sepa utilizar palabros como el "teléfono operativo" que cita el artículo no quiere decir que se estén eliminando los estilos, sólo implica que una determinada categoría léxica está empezando a perder su marca social. Nada más, nada menos.

12 noviembre, 2006

El hundimiento de Prestige

¡Cuánto tiempo! Desde que vi "Amigos con dinero" (Friends with money) había empezado a pensar que los títulos españoles de las películas empezarían a tener algo que ver con el original inglés. No se preocupen, era una ilusión confiada. Las distribuidoras están decididas a que Lost in Translation no se quede sin material.

En Cartelera anunciaron The Prestige ("El prestigio"), no confundir con "El ilusionista", una película que por otra parte tiene mucho ídem. También está el hecho de que el sonido de la palabra juega con "prestidigitador", y la peli va de magos. Pues nada, en castellano se llama "El truco final". Nooooo, no se podía dejar el original tranquilo, había que cambiarlo.

¿Pues saben qué? Si van a cambiarlo, yo propongo que se haga con fundamento. Yo digo que se llame EL TRUCO LETAL. Así, en mayúsculas. Ya puestos...

09 noviembre, 2006

Hebetudo

Tengo un cuaderno en el que apunto las palabras que me llaman la atención y que tienen cierto potencial para aparecer en Cuida Esa Lengua. Hace unas semanas apenas constaban una o dos entradas por tratar, pero hoy lo he estado ojeando (u hojeando, si lo prefieren) y he visto por lo menos media docena de posibles artículos. Estaba a punto de echarlo a cara o cruz, o de darle preferencia a la categoría más desfavorecida, pero el personal de Alpha-Dictionary me ha solucionado el problema con su palabra del día.

Lo que más me gusta de esa palabra inglesa, aparte de su aristocrática fonética, es la templanza de su significado. No quiere decir "estupidez", sino "letargo mental". No se usa para referirse a un necio, o a una mala persona, o a un loco, sino sencillamente a alguien que no es muy listo, vaya.

Viene del latín "hebetudo", según las páginas que he citado, así que no deberíamos tener ningún problema en importar el término al castellano... Pero parece que nunca lo hemos hecho. Por lo menos, yo no consigo encontrar ninguna palabra con ese étimo. Esa es la razón por la que una de las categorías de esta entrada es "Adopte una palabra": incorporar "hebetud" a nuestro vocabulario para referirnos a las pocas luces de alguien, sin pasarnos insultando al infeliz.

Pero también he insertado esta entrada en el "Renacimiento", porque el significado por lo menos lo podemos encontrar en una palabra que ya existe:


Me encanta. Pronúncienlo en voz alta, verán cuánta energía tiene esta palabra: estólido. Sólo una esdrújula puede tener tanto brío. A decir verdad es casi una pena adjudicar una fonética tan potente (se parece a "sólido") a una palabra tan tibia, creo que me gusta más el significado que tiene stolid en inglés (impertérrito, impasible). Pero bueno, qué se le va a hacer.

07 noviembre, 2006

Exquisidor

No sé quién se habrá inventado nuestra palabra de hoy, pero yo la leí en una de las grandes obras maestras de Terry Pratchett, "Small Gods". Que yo sepa no se ha traducido al español, pero supongo que será cuestión de tiempo.

La idea es que, si "inquisidor" es el que indaga (inquiere), "exquisidor" debería ser el que saca la información, una imagen que de hecho se acerca mucho más a la que tenemos de los inquisidores tradicionales. Pero el neologismo puede servirnos si queremos aludir al proceso de extracción de información sin usar un término con peliagudas connotaciones religiosas, por ejemplo, para no meternos en camisa de once varas.

Habiendo presentado "exquisidor", me gustaría hacer un inciso sobre Pratchett. Sí, ahora es cuando digo que es mejor leerlo en inglés y como mínimo una lectora me mira con odio, pero lo cierto es que también se puede leer en español. De verdad. Las traducciones más antiguas dan vergüenza ajena (Mort), pero las nuevas son absolutamente sublimes. Yo no habría sabido encontrar una traducción tan natural, espontánea y adecuada para la mitad de las agudezas de Pratchett. Ya saben: los traductores a veces acertamos.

04 noviembre, 2006

Esterificar

La sección Adopte una Palabra está algo desusada, así que vamos a darle algo de lustre.

En la última clase de Literatura hablamos de Enrique de Villena, sus glosas a la Eneida, y los Doce Trabajos de Hércules. En cierto momento el señor Villena habla de los dioses grecolatinos. Evidentemente, no estaba muy bien visto por aquel entonces eso de creer en dioses extraoficiales, así que nos ofrece una explicación de cómo es posible que los autores clásicos hablaran de Júpiter y compañía sin ser dejar de ser escritores modélicos y sabios: al parecer, eran personas normales y corrientes que ganaron notoriedad mediante alguna hazaña (como descubrir el olivo, en el caso de Minerva/Atenea). Se hicieron tan famosos que les pusieron su nombre a los planetas, y a partir de ahí se los identificó con dioses.

Lo interesante del asunto es el neologismo que se inventa Enrique de Villena para referirse a este proceso: esterificar, que significa "convertirse en estrella". En castellano ya existe la palabra, pero estarán de acuerdo conmigo en que el significado no es exactamente el mismo:

Eso de "ester" a mí me suena a Esther, pero bueno, que no tiene nada que ver. A mí me parece que estaría bien reintroducir "esterificar" con el sentido de "transformar en estrella", especialmente por la polisemia de "estrella". Hoy en día no hay mucha gente que se convierta en planeta, pero desde luego podemos hablar de gente que de la noche a la mañana se convierte en estrella de cine. Por ejemplo, podemos decir que "Lost in Translation esterificó a Scarlett Johansson".

02 noviembre, 2006

Campos semánticos, literalmente

La de "campo semántico" es una de las nociones abstractas de la lingüística que puede costar un poco comprender. Hasta que uno se pone a estudiar el tema y ya nunca deja de ver las redes y conexiones léxicas como el niño aquel veía muertos, por lo menos.

Acabo de encontrar un juego, mejor dicho un rompecabezas, que consiste precisamente en la representación de un campo semántico gigante. Los creadores del puzzle, con un sentido del humor algo transparente, nos invitan a comenzar a descifrar su campo cemántico por el campo de verdad, la granja. El concepto es relativamente simple: vemos el tema en el centro, y tenemos que introducir palabras relacionadas con dicho tema en el cuadro de la izquierda. Si el tema es la granja, por ejemplo, una opción es "vaca".

El problema es que el programa se extiende más allá del campo semántico de la granja y se entremezcla con otros mediante la polisemia. O sea, que es un bicho gigante y no hay ser humano que lo pueda completar todo, pero es una representación curiosa de cómo asociamos unas palabras con otras.

28 octubre, 2006

El peor curso de la historia, Segunda Parte

El día 26 fue mi cumpleaños, y lo celebré como tiene que ser: cogiéndome un montón de días de fiesta. Pero aunque sigue siendo fin de semana, CEL! necesita actualización. Para celebrar la ocasión, profundizaremos un poco más en un tema reciente.

En la entrada anterior creímos haber descubierto el peor curso de idiomas de la historia. Pues bien, Mireia comentó que el famoso profesor Maurer, que enseña mil palabras de inglés, escribe como si sólo le hubieran enseñado mil palabras de español. Si de verdad creyera que el dichoso profesor Maurer existe, no me cabría duda de que así sería. Pero dejando todo eso aparte un rato, observen el comentario de Mireia visto desde mi cuenta de correo Gmail (recuerden que pueden hacer clic sobre la imagen si el texto sale demasiado pequeño):


¡De alguna manera paranormal, Mireia ha descubierto la página oficial del método de las mil palabras! Vamos a visitarla.

Lean la primera frase: HOY TÚ PUEDES APRENDER INGLÉS MUY FÁCILMENTE. Efectivamente, me da en la nariz que alguien ha aprendido español sólo con mil palabras, es decir, mal y rápido. ¿Hoy tú puedes?¿Today you can? Por favor.

Por lo demás, el contenido de esta página es muy parecido al que vimos en la de CCC. En concreto, me refiero a que vuelve a sacarse de la chistera unos misteriosos "resultados probados" que no sabemos quién ha hecho, ni dónde ni cuándo, y también dice que con mil palabras sabremos inglés "al 85%". O sea, no es que las mil palabras sean el 85% del vocabulario inglés de todos los días, sino que es el 85% de todo el idioma inglés. Entero.

Por lo menos le echa la culpa al Gobierno de los Estados Unidos el estudio de marras sobre las palabras que se usan cada día, pero claro, sin citar fuentes y sin dar los medios para obtenerlas también se puede atribuir el descubrimiento de la penicilina a la primera generación de Operación Triunfo.

23 octubre, 2006

El peor curso de la historia

He de admitir que extraigo un entretenimiento malsano de los anuncios de la teletienda. Pero antes de que se rían, déjenme aclarar que me refiero únicamente a los anuncios de teletienda "de verdad", los más Kitsch (por cierto, al parecer debe ir con mayúscula además de en cursiva; no tenía ni idea): tiene que haber dos presentadores encantados de conocerse y dispuestos a fingir entusiasmo por cualquier cosa, y tiene que demostrarse en pantalla que el objeto que pretenden vendernos hace miles de cosas diferentes, posiblemente a la vez. O sea, que al final hay muy pocos programas de estos lo bastante cómicos para que merezcan la pena. La mayoría son engañabobos que no hacen sino desestimarnos, con el énfasis en "timarnos".

Lo de arriba lo he elaborado para que aquí, en este nuevo e inmaculado párrafo, pueda decir "eso es más o menos lo que pasa con nuestro producto de hoy". Hoy mismo, en el diario El Correo he encontrado un anuncio para un curso de CCC: se llama "¡El inglés con mil palabras!". Es posiblemente el peor curso de idiomas que he tenido el dudoso placer de ver anunciado.

En serio, miren la página, por favor, no tomen mi palabra. Este curso se vanagloria de su abismal calidad didáctica. Ni siquiera sé por dónde empezar. No, esperen, sí que sé. Creo que hasta puedo enumerar los detalles.

1) "Está demostrado que más del 85% del inglés que hablamos lo forman solo 1000 palabras." No cita fuentes, para empezar, con lo que tan rotunda afirmación tiene el mismo valor que un cuento de hadas. Un cuento de hadas ficticio.

2) "¡Sin tener que memorizar toda la gramática!" Oh, genial, vaya fiesta. Vamos a ser unos comunicadores natos sin gramática. De hecho, voy a dar una conferencia sobre el tema en hindú ayudado exclusivamente por un diccionario. Luego pilotaré un avión después de haber memorizado solamente las piezas mecánicas que lo componen. Fijo que me saco la licencia de vuelo enseguida.

3) "En los EEUU, por ejemplo, muchos latinos, gracias a este método, se han integrado en la vida americana y ahora trabajan, leen, conversan... e incluso ven la televisión en inglés." Creo que ésta habla por sí misma. Los latinos que viven en EE.UU., y trabajan allí, y se relacionan allí, han aprendido inglés gracias a estas mil palabras. Y ahora es cuando pueden despertar a la realidad anglófona de su alrededor y encender la tele. No, en serio, además de leer ven la tele. El súmmum de la competencia lingüística.

4) "Famoso método del profesor Mauer". Tan famoso, que no tiene entrada en Wikipedia. No digo que Wikipedia sea el referente mundial de la existencia, pero hasta los Lunnis tienen una entrada en esa página. Google tampoco se hace mucha idea. Creo que el profesor Mauer ha surgido del mismo "frío" que el investigador que descubrió lo de las mil palabras.

Ya sé que las ideas preconcebidas sobre el lenguaje abundan en todas partes. Solamente la idea de "cada día se usan X palabras" ya tiene docenas de variedades, con un número que varía salvajemente de una fuente a otra. La diferencia es que con cursos como estos hay gente sacando dinero del asunto, y en este caso en concreto ni siquiera se han esforzado en darle una pátina de credibilidad al negocio. ¡Es que nos ofrecen aprender una lista de vocabulario, orgullosos de no enseñar gramática, y prometen resultados apabullantes!

Lo único que puedo hacer es advertirlos. Y chivarme a Language Log, para empezar.

20 octubre, 2006

Sicofante

Hace poco investigamos el recorrido de la voz inglesa panache hasta encontrar su equivalente en el castellano "penacho", ¿recuerdan? ¡Vamos a hacerlo otra vez!

Otra palabra de pronunciación musical y significado arrebatador en el idioma inglés es sycophant. Se refiere a una persona, como dice la definición, servil y aduladora, el tipo de personajillo que revolotea alrededor del jefe de la empresa o de cualquier otro señor poderoso con la esperanza de caerle en gracia y que le deje dirigir una franquicia del negocio. La misma definición de Dictionary.com, si se fijan, tiene casi tanto carisma como la propia palabra: a este personaje lo llaman fawning parasite, "parásito lisonjero". Toma ya.

Bueno, pues la palabra también existe en castellano: es "sicofante" o "sicofanta". Antes de proseguir, advertencia: Primero, es un sustantivo masculino, tanto si acaba en -e como en -a, no crean que es un adjetivo. Diremos "un sicofanta" igual que "un sicofante". Segundo, no cometan el error de escribir "*psicofante", que la psicología es harina de otro costal. Aclarado esto...

Oigan, me han aguado la fiesta del todo. Estaba buscando un término agudo para referirme a un pelota y me han dado todo lo contrario, un insulto culto para hablar de mentirosos. Si el inglés y el castellano no se ponen de acuerdo, vamos a remitirnos a la fuente.

Mi diccionario de latín Vox, edición de cuando todavía se llamaba Espes, define sycophanta -ae como: "delator || engañador, impostor || adulador, lisonjero". Vaya, que tienen razón todos, y todavía hay significados para algún idioma más. Yo creo que tampoco habría pasado nada porque todos los descendientes de sycophanta mantuvieran todos los significados, pero parece que el latín creía firmemente en la separación de bienes.

Una vez hemos descubierto esta pequeña joya de palabra, podemos hacer varias cosas. Siendo conservadores, podemos incorporar "sicofante" a nuestro vocabulario en su sentido estricto de calumniador, para referirnos a alguien que nos tacha de tacaños o cabezones. También podemos ser más innovadores y emplearlo también con el sentido de "bufón", si se le puede llamar ser innovador a utilizar un significado ya vigente en época latina. Yo creo que la palabra suena tan bien que la voy a usar como buenamente pueda.

18 octubre, 2006

Robert Heinlein y la escritura

Los lectores más fieles ya se habrán dado cuenta de que el espíritu crítico no es precisamente algo que le falte a CEL!. Esta misma sección se nutre exclusivamente de malas traducciones, y el Refugio espera expectante a que me encuentre con algún atentado lingüístico o, por estrenar nuestra última importación, un genocidio sintáctico. No creo que sea algo malo: cuando algo no es correcto, es positivo notar el hecho para que se pueda enmendar si es posible; y si no, que no se vuelva a repetir. Eso no nos hace más amargados ni unos cascarrabias, sólo más conscientes.

Para demostrar la buena fe de mis denuncias, hoy me pongo a mí mismo bajo el foco de Lost in Translation. Resulta que en uno de sus libros (en The Cat Who Walks Through Walls, que a pesar de todo no llegué a terminar) Robert Heinlein dijo, a través de su protagonista:

"Writing is not necessarily something to be ashamed of, but do it in private and wash your hands afterwards."

Debido a la genialidad y humor del fragmento la tengo como firma en algunos foros; en uno la nombraron recientemente la mejor de todas, lo que indirectamente me ha hecho pensar: ¿cómo se traduciría al castellano?

Soy capaz de ver la viga en el ojo propio y no he llegado a una conclusión satisfactoria. Mi primera idea siempre es:

"La escritura no es necesariamente algo de lo que avergonzarse, pero hazlo..."

Ahí está el primer problema. El gerundio inglés no siempre debe traducirse como un verbo, y en este caso concreto es más que evidente que se trata de un sustantivo y no de una forma verbal. Pero resulta que ese "hazlo" no concuerda para nada con el sustantivo "escritura", ni siquiera si decimos "hazla". Bien, vamos a probar...

"Escribir no es necesariamente algo de lo que avergonzarse, pero hazlo en privado y lávate las manos después."

Ya hemos recurrido a una forma no personal, pero no al gerundio. Ay, ¿no queda mal ese "después" al final del todo?

"Escribir no es necesariamente algo de lo que avergonzarse, pero hazlo en privado y luego lávate las manos."

Parece que ya lo hemos arreglado todo, pero a mí me sigue sonando artificial. Esto que acabo de decir es la conclusión, no el pie para otra reflexión. No sé cómo mejorar esta traducción. Quizá debiéramos reescribirla por completo y empezar con "No hay por qué avergonzarse de escribir, pero...". Sintácticamente queda mucho más natural que la otra versión, pero se le quita el énfasis inicial a "escribir" y queda algo perdido en el centro mismo de la frase.

¿Alguna sugerencia?

16 octubre, 2006

Genocidio sintáctico


Cuando vemos una atrocidad lingüística especialmente sangrante, es corriente que nos refiramos a ella como un asesinato (yo mismo lo he hecho), o algún otro tipo de agresión. Es una imagen trillada pero efectiva. Pues bien, de mano de una de las historietas de VGCats nos viene una manera creativa y muy significativa de calificar las obscenidades más violentas que se perpetran contra la lengua: "genocidio sintáctico". O sea, esto no es una única muerte a manos de un loco, un incidente aislado y anónimo. Esto es un verdadero crimen contra la humanidad a escala internacional.

Es posible que en esa brillante página haya historietas muchísimo más desternillantes que la que citamos, pero desde luego la expresión no tiene precio. Se te llena la boca de puro genio al pronunciarla, de verdad. Ahora nos toca esperar una ocasión propicia para usarla adecuadamente...

13 octubre, 2006

¡La ortografía importa!

Cuando diseñé mi logo pseudo-subversivo de "LA ORTOGRAFÍA IMPORTA" de la derecha confiaba plenamente en el lema, aunque tuviera la lengua firmemente colocada en la mejilla, como diría un anglosajón. Pero, para mi sorpresa, parece que la ortografía interesa bastante. Es más, hay un verdadero mercado para ello.

El chivatazo me lo ha dado el Semanal TV de hoy: resulta que una empresa comercializa un programa informático destinado a mejorar la ortografía del usuario.

Admito que me cuesta creerlo. Me fascina la idea de que pueda haber al menos un lingüista en alguna parte que haya cobrado dinero real por promulgar la corrección, pero aun así no puedo darle el visto bueno a este producto.

Preocuparse por la ortografía me parece vital; creo sinceramente que merece la pena tomarse un segundo extra para añadir un acento o un minuto para consultar una palabra en el diccionario, pero la solución para producir textos apropiadamente codificados en nuestro idioma no pasa por ponerse a estudiar. La ortografía no es nuestro idioma, es el código que utilizamos para registrarlo.

Si nos importa lo que decimos también debe importarnos cómo lo codificamos, pero un medio no es un fin. En cierto modo, dedicar horas al estudio exclusivo de las reglas ortográficas de cualquier idioma es como memorizar libros sobre el salto de vallas o hacer un máster en uso de destornilladores: la maestría no va a venir por ahí, sino por la práctica.

Eso es algo bueno: al leer libros y escribir lo que sea cultivamos nuestra memoria ortográfica (inciso: ¿deberíamos incluir "memoria ortográfica" en nuestra sección Adopte Una Palabra?) de la única manera que da verdaderos resultados, pero además obtenemos muchísimos más beneficios. Este "Curso práctico de ortografía" nos plantea el estudio del código como una actividad aislada que nos servirá en el futuro para producir textos, supongo, pero lo cierto es que la escritura y la lectura no son el fin de la historia, sino el principio. Fíjense si no en la descripción del producto, que incluye "motivación para la lectura". La gente necesita motivarse para matarse en el trabajo, no para leer. La lectura debe ser una actividad placentera, no una especie de obligación extraña cuyo propósito no queda muy claro.

Si de verdad valoran la importancia de la norma escrita, no la estudiarán. La pondrán en práctica, expresándose.

08 octubre, 2006

La escritura de Murasaki Shikibu

"El primer día del año Genji, como de costumbre, visitó a Su Eminencia, y luego a Su Majestad y al príncipe heredero. Tras retirarse de palacio, se encaminó a la mansión de Su Excelencia. Al margen de que fuese Año Nuevo, Su Excelencia estaba sumido en sus penosos recuerdos, y la llegada de Genji sólo consiguió hacer fracasar los esfuerzos que hacía por dominar sus emociones. Los años transcurridos parecían haberle dado a Genji más dignidad y madurez, así como una mayor apostura."

Esto que acabo de citar es un fragmento de "La Historia de Genji", de Murasaki Shikibu. La edición de Atalanta, por supuesto.

Al leer esta novela del siglo XI, en efecto la primera de la Historia, lo que más me choca es lo increíblemente moderna que es. ¡Mucho más que la gran mayoría de novelas naturalistas! Y no miro a nadie, María. Las descripciones son ágiles y sencillas, sin que nunca nos encontremos capítulos enteros dedicados a detalles irrelevantes. Hay multitud de diálogos, lo que agiliza la lectura todavía más, y los numerosos poemas breves son una delicia. Sí que es verdad que la historia, si es que hay una en sentido estricto, se desarrolla lentamente, pero el defecto que es verdaderamente mortal en otras novelas es aquí sólo una leve desventaja gracias a la expresividad de los personajes. Es posible que se preocupen por una flor que se han olvidado en algún sitio, pero en lugar de desesperarse hablan abiertamente de ello, resuelven el problema y pasan a otra cosa. ¿Cuántas tragedias hemos visto que se solucionarían del todo sólo con que el protagonista hiciera una única pregunta perfectamente razonable? Por poner un ejemplo: "¿Podría un médico confirmar la muerte de la chica esta, si no es molestia? El veneno tampoco se me va a caducar, y si se me caduca, pues ¿qué va a hacer? ¿Matarme dos veces?". Murasaki es peculiar en su actualidad; incluso critica a veces a su propio personaje.

Otra cosa que sorprende mucho, y la idea inicial de esta entrada, es que Murasaki no usa apenas nombres personales. El párrafo que he citado algo más arriba es un ejemplo representativo: Genji es el único que tiene nombre. Todos los demás son personas diferentes, pero sólo tienen título: Su Alteza, Su Majestad, Su Majestad... El capitán secretario (amigo de Genji), la mujer de la sexta avenida, la emperatriz...

Llama la atención cómo cambia nuestra percepción de un personaje cuando se nos niega su nombre, pero lo más impresionante de todo es el trabajo crítico y analítico que han debido de desempeñar los editores de la obra para registrar quién es quién en todo momento. Algunos personajes cambian de título con el tiempo, a pesar de ser la misma persona, y no puede haber sido tarea fácil descubrir que la sobrina de un ministro en el capítulo I es la sacerdotisa de algún templo diez años más tarde, por ejemplo.

Así que ya saben: leer "La historia de Genji" es un viaje en el tiempo fascinante, en gran medida gracias a la labor de muchos editores modernos.

07 octubre, 2006

La Inquisición fue una tilde

Me da muchísimo cargo de conciencia robarle una historia a Language Log, que viene a ser el Olimpo de la lingüística en Internet; al fin y al cabo, este blog no es más que una pálida pero esperanzada imitación de su genio. Pero esta vez no he podido resistirme, porque esta última historia es genial.

Una pequeña introducción. Hace poco George Bush dijo que la guerra de Irak era una coma, no un punto. Al parecer es una referencia bíblica, o algo así, que viene a decir que la guerra está bien, pero ese no es el caso. Al público le ha chocado bastante (comprensiblemente) que la guerra sea una coma, aunque hay quien ya está diseñando nuevos mapas (yo quiero uno de esos).



Si he tenido éxito, lo que hay ahí arriba es un trozo del programa de Jon Stewart en el que comenta todo el asunto de la coma y el punto. También es probable que me haya confundido con el código y en su lugar haya abierto un portal antinatural hacia una de las Dimensiones Mazmorra del Mundodisco. "¡Pero si sólo hay que copiar y pegar la dirección que ya te da YouTube!". No subestimen mi talento anti-código.

Lo que interesa, en cualquier caso, empieza más o menos a los 2 minutos 30 segundos del vídeo: Jon Stewart dice "So Iraq's a comma. Hiroshima was a semi-colon. The Spanish Inquisition was a tilde, one of those squiggly things".

Si Irak es una coma, la Inquisición fue una tilde. Si esta agudeza (yo todavía me estoy riendo con el resto del vídeo) llega a oídos hispanoparlantes, es posible que nos quejemos de que "esa cosa retorcida" que lleva la Ñ no es una tilde, que una tilde es lo que ponemos en las vocales (´). Es lo primero que se me ha ocurrido a mí, desde luego, pero no: aunque para referirse al gusanillo de la Ñ se puede utilizar el término "virgulilla", en realidad "tilde" también se puede usar para lo mismo.

Ya ven. Jon Stewart me acaba de enseñar un nuevo significado de una palabra española.

05 octubre, 2006

Enlentecer y Lentificar

¡Ave! La Madre de Todos los Resfriados y yo les saludamos con unos senos nasales especialmente congestionados. Lo cierto es que la privación de oxígeno al cerebro hace que uno vea las cosas de forma diferente. Hoy, por ejemplo, me han dado en plena calle un folleto sobre el Día Europeo de la Depresión. Me lo he leído todo, pero en mi estado mental actual no podría discernir con claridad si efectivamente el folleto habla de la depresión o de la urgencia de salvar gatitos. Lo que sí me ha llamado la atención ha sido una de las diez preguntas de la "subescala de depresión de [Ivan] Goldberg", que reza: "¿Se ha sentido usted enlentecido?".

Mi primera reacción ha sido la de exclamar (mentalmente): "¡Sí! Ahora mismo, por ejemplo, pero no precisamente por la depresión". Luego, a medida que el pensamiento se abría camino a través de la nebulosa constipada de mi mente y llegaba hasta una especie de núcleo lingüístico instintivo, se me ha ocurrido: "Un momento... ¿'enlentecido'?".

Tras unos minutos de investigación, he descubierto que no es cosa del traductor del folleto: el término "enlentecido" parece constar en todas las instancias de la prueba del doctor Goldberg. Pues sí, la palabra existe, derivada del verbo "enlentecer". Pero lo más curioso no es eso. Vamos, si quisiéramos convertir el adjetivo "lento" en verbo, pues está claro que "alentar" no iba a ser, porque ya está cogido.

Lo curioso es que si lo buscamos en el DRAE, nos remite a otro verbo de igual significado, de igual étimo, pero de diferente morfología:

Ésta sí que no me la esperaba. ¿Había oído alguien esta palabra con anterioridad? Resulta que "lento" está siendo una palabra de lo más prolífica. Es de uso general "ralentizar", pero ahora hemos descubierto "enlentecer" y "lentificar". Este último debe de ser el favorito de la Academia, porque los otros dos remiten a él sin más comentario.

Ahí es nada. Eso explica que ahora mismo no esté muy seguro de si estoy tecleando una entrada en mi blog o tocando una serenata en un piano. El resfriado no sólo nos ralentiza, también nos enlentece y lentifica.

03 octubre, 2006

Entusiasmo medieval

A nuestro profesor de Literatura 5 le fascina el dilema moral que tiene Sem Tob de Carrión entre hablar y callar: cuándo hay que meter baza, cuándo hay que guardarse lo que uno piensa, cuánto hay que decir, qué cosas es mejor ocultar... Pero a mí me ha llamado la atención este pasaje de sus Proverbios Morales:

"Non ha lança que false / todas las armaduras
nin que tanto trespase / como las escribturas:

que la saeta lança / fasta un çierto fito
e la letra alcança / de Burgos a Aíbto;

e la saeta fiere / al vivo que se siente,
e la letra conquiere / en vida e en muerte;

la saeta non llaga / sinon es al presente,
la escribtura llega / al d'allén mar absente;

de saeta defiende / a omre un escudo,
de la letra no·l puede / defender todo el mundo."


Cortesía del siglo XIV. Edición de Cátedra, p. 201.

01 octubre, 2006

Día Nacional de la Puntuación

En los Estados Unidos hay cosas muy, muy feas, y que dan algo de miedo, pero también hay muchas cosas buenas que no me importaría importar (qué ingenio, eh). Una de ellas es la extendida práctica de que los camareros te llenen el vaso de agua regularmente en los restaurantes.

Otra es el Día Nacional de la Puntuación. Me acabo de enterar de que dicha celebración fue el pasado 24 de septiembre en EE.UU. ¿Por qué no tenemos nada parecido? ¿O sí lo tenemos y nadie me ha informado? El castellano tiene puntos, comas y puntos y comas, como el inglés. En realidad, tenemos más signos de puntuación que los ingleses, gracias a los signos de exclamación e interrogación iniciales. Como sabrán, en inglés no son necesarios porque el orden de palabras ya indica nada más empezar la frase si es afirmativa o interrogativa (cf. You have taken Chinese lessons vs. Have you taken Chinese lessons?), pero como en castellano el orden de palabras no suele alterarse, estos dos signos adicionales son mucho más útiles de lo que la gente se cree ("Has aprendido chino" vs. "¿Has aprendido chino?").

En resumen, nos merecemos un Día Nacional de la Puntuación. O de la ortografía, que tampoco es plan de ponernos exigentes. Entiendo que a mucha gente la puntuación no le parece excesivamente importante (no hay más que ver el poco caso que le hacen), pero oigan, tampoco estamos pidiendo que se instaure un Día Internacional "Habla como un pirata", que también los hay.

29 septiembre, 2006

Divina pero peligrosa

Hace un rato Matt Dillon ha recibido el Premio Donostia en, adivínenlo, el Festival Internacional de Cine de San Sebastián. ¡Pero no! Lo crean o no, no estoy aquí para hablar de la gala, que desde luego dará que hablar a diestro y siniestro (¿a "ambisiniestro"?). Me he prometido a mí mismo que no usaría CEL! para cotillear sobre el pijama de Julian Schnabel. Uy, ya está. Una auto-promesa rota en menos de dos horas, y ni siquiera es Año Nuevo.

Pero bueno, el caso es que para homenajear a Dillon, quiero que entre todos recordemos su película con Liv Tyler, "Divina pero peligrosa". ¿Cómo creen que es su título original? ¿Van a ponerse literales y sugerir Divine and dangerous? ¿Van a elegir Godly, para variar?

Pues se equivocan. El encargado de traducir el título original (un niño de tres años, supongo, mientras veía dibujos animados) sacó "Divina pero peligrosa" de One night at McCool's. De verdad, así se llama; una de las razones por las que incluyo enlaces a ambas versiones de la peli es para que vean que no me invento ni el título original ni el adaptado. En serio, ¿cómo se las arregla uno para coger eso y transformarlo en aquello? Es una verdadera bofetada en la cara del autor. Vale que no es el mejor título del mundo, y que el nombre del restaurante quedaría un poco raro, pero algún rigor tendrá que haber.

26 septiembre, 2006

Honesto

En la entrada anterior señalé que un cierto periódico le ha declarado la guerra al verbo "preocupar", a juzgar por los diversos maltratos que dicho verbo sufre en manos de sus periodistas. Hoy, para demostrar mi capacidad de autocrítica (¡alguna tenía que tener!) he venido para demostrar que las palabras pueden sufrir abusos por parte de todo el mundo, no sólo de un grupo. Estoy hablando del adjetivo "honesto".

Los que no saben inglés usan este adjetivo continuamente, pero rara vez en su acepción castellana. Cuando un político anglosajón dice que una persona es honest, lo normal es que el periodista que lo cita corra y diga que "es una persona honesta" en lugar de "una persona sincera", que es lo que quería decir el personaje. Aunque la gente honesta suele decir la verdad, eso no quiere decir que honradez y sinceridad sean una y la misma cosa.

Pero ahí no acaba la cosa, porque los que sí sabemos inglés no tratamos este adjetivo mucho mejor. En lugar de abusar de él, le hacemos el vacío: conscientes de que puede interpretarse como un calco del inglés, tendemos a erradicarlo de nuestro discurso del todo. Ya que tenemos varios sinónimos que por otra parte son sustitutos aceptables de "honesto", pues tampoco pasa nada, ¿no?

Pues ni tanto ni tan calvo. Tampoco hace falta que entre todos nos carguemos la palabra. Quizá sea inevitable que la Academia acabe teniendo que aceptar "sincero" como una quinta acepción del término, pero eso no debería obstaculizar su uso original. Así que ya saben: "honesto" puede ser una burrada, pero también puede ser una palabra de significado positivo usada correctamente.

23 septiembre, 2006

¡Es preocupante!

En El Diario Vasco tienen un grave (me atrevería a decir: preocupante) problema con el verbo "preocupar". Al parecer no hace falta ser un anglófono nativo para liarse la manta con la relación sujeto/objeto indirecto que establecen los verbos interesar, gustar y demás.

Empecemos con la Prueba Uno, uno de esos artículos "de estadísticas". Ya saben, ésos en los que el periodista coge un gráfico sencillo y comprensible y lo transforma en un artículo de cinco columnas que acaba no teniendo ningún sentido en absoluto. Pero lo que nos concierne es la frase:

El 12% dice no preocuparle estos temas.
"Estos temas" son los políticos, pero da igual, a nosotros tampoco nos preocupan ahora mismo. Lo importante es que TODO parece estar mal en esta frase. Qué frase tan fea, por Jennifer Garner; parece haberla escrito el que elige los trajes de Bai Ling.

Para empezar, no se puede poner el verbo así, en infinitivo, si no tiene el mismo sujeto que la oración principal: "Él dice comer verdura todos los días" tiene sentido (él dice que él mismo come verdura), pero *"Él dice interesar por la tele"... Ni siquiera sé cómo terminar esa frase. ¿Él dice que interesa... quién? Lo correcto sería decir "El 12% dice no estar interesado en estos temas", de manera que concuerden la principal y la subordinada. El "le" no hace sino afear más la frase, ya que da la impresión de referirse a un tercero que no aparece en la conversación, o peor, puede hacernos pensar (incorrectamente) que se refiere a "estos temas" y que por consiguiente debería ser "les". En inglés la frase podría ser 12% claim not to be interested in such subjects, con perfecta concordancia, pero ya se sabe: I like chocolate, "El chocolate me gusta a mí".

Pero es que eso no es todo. Pasan 24 horas y la redacción no sólo ha vuelto a meter la pata con el verbo "preocupar", sino que han ascendido su error de categoría y lo han lanzado a la primera plana (hay una Ley de Murphy al respecto, no me cabe duda). Veamos la Prueba Dos, que por lo demás parece ser la misma noticia del día anterior pero algo embellecida:


Los jóvenes aprecian vivir en Euskadi pero les preocupa la vivienda y el paro.

Es posible que no sea necesario, pero de todos modos les contaré algo. Una cosa y otra son dos cosas. Una cosa. Otra. Una y otra. Dos. A mí, personalmente, no me parece tan complejo, pero parece que no todo el mundo vio ese episodio de Barrio Sésamo en concreto. La lengua castellana nos permite flexionar nuestros verbos para reflejar mejor la realidad a la que se refieren, de modo que podemos decir "A los jóvenes les preocupan dos cosas: la vivienda y el paro".

El problema es que el titular no "suena" del todo mal, porque encaja con el patrón al que estamos acostumbrados en el discurso hablado: cuando hablamos, es normal que reconstruyamos la frase varias veces a medida que nos corregimos, cambiamos de opinión, o sencillamente nos olvidamos de lo que queríamos decir. Es muy común que alguien empiece a decir "A los jóvenes les preocupa el paro...", pensárselo mejor, y añadir "... y la vivienda". Como no podemos viajar en el tiempo para añadir una -n al verbo, pues se deja así. Pero los procesadores de texto son una maravilla, y permiten la corrección en el texto escrito.

19 septiembre, 2006

La palabra del día

Los más avezados ya se habrán dado cuenta de que he añadido un nuevo enlace en la columna de la derecha, junto con las páginas de referencia. Es la Palabra del Día del sitio Alpha Dictionary. Llevo varias semanas echándole un ojo; al final me ha convencido y ya es una de las páginas que visito todos los días.

Esos lectores avezados me dirán que Dictionary.com también tiene una palabra del día, pero es que allí se limitan a ofrecer la definición del diccionario y punto. En esta página se toman la molestia de definirla, pero además hay un artículo escrito por un ser humano que explica por qué la palabra es hermosa, en qué situaciones puede y no puede usarse y cuál es su etimología.

Es cierto que está en inglés, pero para buscar palabras poco frecuentes suelen recurrir a palabras de etimología grecolatina (como la de hoy, "geofagia"), así que podemos acabar aprendiendo una nueva palabra en varios idiomas a la vez. Por supuesto, lo de la etimología romance tiene algunas interesantes excepciones.

17 septiembre, 2006

El gerundio de la muerte

En respuesta a una sugerencia, sugiero que prestemos atención a una película que no es precisamente actual, pero que no carece de interés. Las películas que se estrenaron este viernes tienen todas una traducción irreprochable (bueno, "Pequeño pero matón" por Little Man es reprochable en cierto grado, pero no es para tanto), así que tendremos que fijarnos en ejemplos más anteriores.

¿Cómo traducirían, por ejemplo, Ice Princess? Si necesitan pistas, es una película sobre una patinadora sobre hielo. Si "Princesa de Hielo" les parece demasiado fácil, recuerden que en inglés ice queen se usa a menudo para referirse a una mujer fría y distante, así que hay cierto espacio para juegos de palabras. Vamos, ¿alguna idea?

Bueno, el título español es "Soñando soñando... triunfé patinando". No, en serio. De verdad. Ésta es una de esas veces en las que uno se encuentra el trabajo hecho. Podría añadir que ni un hurón colgado de anfetas diseñaría tal "traducción", pero ¿para qué molestarse? Algunas obras hablan por sí mismas.

Lo que sí habría que denunciar es el atroz uso del gerundio al que nos han sometido con ese título. Hay tres gerundios en esa aberración y ninguno de los tres parece tener sentido alguno. Las películas del tipo "Desmontando a Harry" sacan su gerundio del inglés, un idioma que sabe divertirse con los gerundios, ¡pero en este caso no había ni un verbo en el título!

13 septiembre, 2006

Penacho

Sean tan amables de acompañarme en un viaje etimológico de lo más fascinante. Generalmente tendemos a ver los idiomas extranjeros como a los vecinos: parecen amables, desde luego, pero si entran en nuestra casa quizá sea para darnos magdalenas o quizá sea para asesinarnos en nuestra cama y suplantarnos sin que nadie se dé cuenta. Podría ser, ¿no?

Sin embargo, en el momento en que dejamos de ver umbrella como el equivalente inglés de "paraguas" y nos damos cuenta de que es un descendiente del latín umbra (sombra, de ahí "penumbra", pero no "umbral"), con lo que a todos los efectos es la palabra "sombrilla" pero con una forma ligeramente diferente, empezamos a vislumbrar las redes etimológicas que tanto dicen de tantas cosas.

Empecemos. Desde que la leí en la novela The Basic Eight, de Daniel Handler, siempre me ha encantado la palabra inglesa panache (pronunciada a la francesa) y la uso siempre que puedo. Su significado justifica mi preferencia:


Verve, flair, flamboyant. Todas ellas son palabras que, además de describir el brío, el descaro y el estilo, tienen brío, descaro y estilo por sí solas. Es imposible que una palabra tan encantadora como panache sea patrimonio exclusivo del inglés. No nos vale con un sinónimo castellano, queremos esa palabra exacta, la única y verdadera.

Eh... Ésta no creo que sea. La fonética es la misma, qué duda cabe, pero para ser totalmente franco las verduras cocidas no son mi idea del estilo extravagante y atrevido. Aquí es donde la etimología nos ayuda: según Dictionary.com, la palabra inglesa no viene del francés panaché (nótese el cambio acentual), sino de pennache, que a su vez viene del italiano pennacchio y que viene a describir una pluma que se pone, preferentemente, en un sombrero... ¡Ya hemos solucionado el misterio!

Seguro que al ver el título de esta entrada todos han pensado "¡Pero si 'penacho' no tiene nada de raro! ¿Por qué necesita renacer?". Bueno, observen que de repente también significa "vanidad" (es fácil ver cómo el nombre de un adorno puede pasar a tener ese significado). Digo "de repente" porque nos hemos dado cuenta hoy, no porque el significado haya surgido de la nada.

De modo que la próxima vez que queramos tildar a alguien de vanidoso (anda que no hay ocasiones) podemos hacerlo con clase, diciendo que "tiene tal penacho que no cabe por la puerta". Misión cumplida.

11 septiembre, 2006

Matadme ya


Desde que concebí este blog había decidido que una de las secciones sería "El Refugio", una categoría especial en la que archivar las afrentas al lenguaje con las que me encontrara. Pero por alguna razón he vivido estos días en la más absoluta felicidad, buscando nuevas palabras. Como ocurre con esos documentales en los que los antílopes comen hierba y en general no hacen sino aburrirnos, el peligro no andaba lejos.

Hoy estaba leyendo las noticias de una página cuando me he encontrado el anuncio que ven ustedes a la izquierda (a no ser que haya vuelto a meter la pata con el formato, en cuyo caso es posible que la imagen no esté en sus pantallas sino solamente en mi cabeza). Durante cinco minutos enteros he llorado por la muerte (asesinato) de nuestro idioma, pero ahora que escribo esto ya no estoy tan deprimido, sino algo sorprendido. ¿Está en castellano? ¿En qué idioma está?

Porque no es un asunto de un verbo que no encaja o una falta ortográfica que hace daño a la vista, es que esto no tiene ningún sentido. En absoluto. Es como oír hablar a una estrella del pop. Veamos las diferentes cuestiones que propone el estudio de este ejemplo de terrorismo lingüístico:

-¿He ganado un premio cada hora? ¿Y sin enterarme? Supongo que estos premios ficticios se darán cada hora, y que me ha tocado a mí (¡qué alegría!) en la última. Interpretación: después de pensar un buen rato, supongo que el original diría You have won an hourly gift. Donde daily gift podría traducirse correctamente como premio diario, "premio cada hora" no suena como un único sintagma, sino como dos (premio es el objeto directo, cada hora no tendría nada que ver con él y modificaría al verbo).

-¿Chasque? ¿Mande? Chascar es hacer ruido. ¿Desde cuándo "chascar" es incluso remotamente sinónimo de "hacer clic", "pinchar", etc.? Interpretación: Ya sabemos que, en inglés, click es "hacer clic", pero además la expresión he clicked his tongue quiere decir "chasqueó la lengua".

-¿Aceptable? Si en lugar de aceptar un mensaje me parece "aceptable", ¿qué pasa cuando lo quiero cancelar? ¿Digo "Esto es intolerable, ¡pazguato!"? Interpretación: Traducción automática de Okay.

-¿Antes del tiempo? ¿Quiere decir antes de la existencia del tiempo, antes del Big Bang, o cuándo?

-¿Funciona hacia fuera? Ésta sí que me sorprende. Interpretación: "Antes de que el tiempo se acabe", que es lo que debería poner en este anuncio de destrucción masiva, en inglés es Before time runs out. Lo que esperaba de un traductor automático es que dijera "Antes de tiempo corre fuera"; parece que al elegir "funcionar" antes del más evidente "correr" para run denota una especie de primitiva inteligencia artificial en el programa. Aunque evidentemente demasiado primitiva como para saber que aquí habría que utilizar el subjuntivo.

-Por último... ¿Autorización? ¿No habíamos quedado en que, con cierta flema inglesa, el mensaje me parecía "aceptable"?

10 septiembre, 2006

Angustia léxica

Hoy no tenemos una sola palabra, sino un sintagma nominal, pero bueno. Según nos contaron en clase de Lexicografía, el autor de algún artículo que no he podido recuperar ha creado la excelente expresión "angustia léxica".

La "angustia léxica" es el tipo de angustia que siente uno cuando lee un texto en su propio idioma pero no entiende nada en absoluto. El ejemplo estándar parece ser el de los prospectos de los medicamentos: entre los términos médicos que se refieren a los efectos secundarios que puede tener la pastilla y los términos químicos que indican sus componentes, es muy frecuente que uno se lea tres páginas enteras de perfecto castellano y entender sólo las preposiciones.

Al no entender nada de deportes, por ejemplo, yo experimentaría angustia léxica si tuviera algún interés en interpretar la sección deportiva del periódico. Sí que me angustio (léxicamente) cuando oigo hablar de los caminos inescrutables del hardware informático.

08 septiembre, 2006

Ajear

Me da la impresión de que cualquier cosa que diga sobre "ajear" será superflua, porque la palabra y su definición hablan por sí solas.

Para empezar, ésta es una de las definiciones impropias del DRAE, porque se ve en la necesidad de aportarle un contorno a la definición en sí misma ("Dicho de una perdiz"). Es decir, no es posible sustituir la palabra por su definición. Luego está la onomatopeya "aj, aj, aj", que sin duda levantará más de una ceja entre los que querrían que un diccionario normativo fuera algo más serio.

Pues qué quieren que les diga, a mí me daría muchísima pena que la Academia cambiara esta definición. No sólo deberíamos conservarla, sino que deberíamos esforzarnos en reintroducir "ajear" en nuestras conversaciones de algún modo u otro, aunque sea para echarnos unas risas cuando nuestro interlocutor nos responda con "¿Mande?".

Para disfrutar plenamente de "ajear" me temo que tendremos que prescindir de su uso limitado a perdices. A no ser que uno sea un príncipe de cuento de hadas, las perdices no son exactamente un elemento muy común en la vida urbana.

Fuera del reino animal, el término ofrece muchas posibilidades. Ahora, en lugar de usar perífrasis, podremos decir que "el niño se pasó toda la comida ajeando porque la tortilla tenía cebolla". Es una manera con bastante clase de decir que alguien se pone de morros y suelta algo tipo "puaj": le podemos llamar remilgado o tiquismiquis, pero también podemos referirnos a lo que hace, que suena apropiadamente como "afear".

07 septiembre, 2006

Ambisiniestro

Porque tener cierto interés en hablar con corrección no va unido al conservadurismo, veamos una palabra que podríamos añadir a nuestro vocabulario: "ambisiniestro". Hablando de conservadurismo, he aquí una palabra de izquierdas. La definición es bastante evidente: si "ambidiestro" o "ambidextro" es una persona que es igual de hábil con ambas manos, "ambisiniestro" es una persona igual de torpe con ambas manos. Tiene el valor añadido de contener "siniestro", una palabra que ha dejado la izquierda para pasar a ser un adjetivo mucho más lúgubre. Es perfecto para la torpeza.

Huelga decir que este neologismo no es realmente invención de nadie. En inglés ya parece estar bastante reconocido, e incluso en castellano está empezando a tener un uso generalizado. De modo que no se trata de inventarse una cadena de sonidos e imponérsela a todo el mundo, sino de darle un empujón a una realidad léxica creciente para enriquecer la lengua y que sea por lo menos un poco más variada.

05 septiembre, 2006

Ciudad sin Nombre

Hay ciertas Misiones Imposibles en la vida, como ir a una gala de la MTV y hablar con alguien que no esté hasta las cejas de coca, que sencillamente están más allá de nuestro alcance. Una de tales misiones imposibles es la de entender cómo una película llamada Edison puede acabar viendo cómo su título es traducido por "Ciudad sin Ley".

La película ya ha sido vapuleada bastante en Estados Unidos (y no enteramente sin razón, he de decir, uno sólo debería poner a Justin Timberlake delante de Morgan Freeman en una comedia o se arriesga a que el filme acabe siendo una comedia de todos modos). Cuando la terminaron, todas las cobayas humans que doy por sentado están encerradas en los sótanos de las productoras de cine estuvieron de acuerdo en que era un horror total. Los productores, que en ese preciso instante debieron darse cuenta horrorizados de que habían hecho una película con un ex novio de Britney Spears, pasaron olímpicamente de estrenar la película y la mandaron directamente a vídeo, una maniobra empresarial que podríamos traducir libremente como "Hijo, casi ni te molestes".

Pero eso no es razón para que nosotros también nos metamos con la peli, o por lo menos con su título. Si la película se llamara Wisconsin o Dakota, podríamos admitir el cambio de título, como ya hemos dicho antes: el nombre de una ciudad tendrá muchas connotaciones para alguien que vive en el mismo país, pero para un extranjero sólo será un nombre. Sin embargo, se da el caso de que Edison es una ciudad ficticia que sólo existe en esta película, así que desde luego el público hispanoparlante no se va a sentir más alienado que el anglófono ante una ciudad inventada, tenga o no ley.

Por último, también está el hecho de que el nombre viene de cierto personaje ilustre que debería ser de dominio público.

03 septiembre, 2006

Morralla

Inauguremos la sección Renacimiento con una palabra deliciosamente maligna: "morralla", cuya definición acaban de leer si he conseguido maquetar esta entrada correctamente (algo que nunca se debe dar por sentado, todavía me alegro de escribir en el blog apropiado y no mandar el texto quién sabe dónde).

Entre todos debemos usar esta joya léxica más a menudo; no se ha extinguido de nuestro vocabulario, ni mucho menos, pero su desparpajo fonético y su ácido significado se merecen un uso más frecuente. Su hábitat natural se encuentra en frases del tipo "Lo peor de las tres películas Matrix es su morralla mística", para dar a entender un cansado pero enconado desprecio hacia un popurrí de filosofías pseudo-trascendentales más dignas de una galleta de la fortuna que de una aventura de proporciones épicas. Al firmar un contrato de quince páginas, también podríamos quejarnos de haber tenido que sufrir "quince páginas de morralla burocrática", porque se hace duro descifrar el vocabulario secreto de los papeles oficiales. Por último, también podemos usar "morralla" para referirnos a cosas físicas, a basura de verdad, sin metáforas... ¿Pero dónde estaría la gracia?

Siempre hay que tener en cuenta el tono despectivo del término. No es algo malo, porque puestos a decir verdades como puños siempre es mejor hacerlo con cultura (ya saben: el único sustituto de los buenos modales son los reflejos rápidos), pero no deberíamos usar esta palabra para hacer referencia a cosas que no nos molestan de verdad. Para los incordios menos molestos siempre podemos valernos de "letanía".