Competencia, Segunda Parte
A veces el mundo se pone de acuerdo. A veces el mundo se pone de acuerdo sobre cosas buenas, pero a veces lo que se extiende son cosas malas. Esta semana, por desgracia, tenemos epidemia de las malas.
En una entrada anterior nos preguntamos exactamente cuán tontos se creen las autoridades universitarias que son sus alumnos. Créanselo o no, resulta que el mismo día que a los estudiantes de la UPV nos definían la palabra "competencia" a los empleados de la Kutxa les entregaban un documento de algún tipo en el que también definían "competencia". ¿Pero qué es esto? ¿Por qué nadie parece saber lo que significa esta palabra tan mundana?
La definición de la Kutxa es la siguiente:
"conjunto de comportamientos, habilidades, conocimientos y actitudes que favorecen el correcto desempeño del trabajo y que la organización tiene interés en desarrollar y reconocer en sus colaboradores de cara a la consecución de los objetivos estratégicos de la empresa."
También me han enviado otra definición, ésta del profesor Philippe Perrenoud (me temo que lo cito de segunda mano):
"capacidad de movilizar recursos cognitivos para hacer frente a situaciones."
Admito que me sorprende sobremanera esta especie de invasión sincronizada de definiciones no solicitadas. Todas vienen a decir lo mismo que la definición del DRAE: idoneidad para hacer algo. Las diferencias entre las tres otras definiciones que hemos manejado ("objetivos estratégicos de la empresa", "conocimientos y técnicas", "recursos cognitivos") son añadidos específicos de cada campo. En otras palabras, no son especificaciones necesarias para la comprensión del término, sino detalles sobre su aplicación en un campo determinado.
Si en definitiva todos estamos de acuerdo en lo que significa "competencia", ¿por qué insisten en definírnosla?
P.D.: Por supuesto, si alguien les define "competencia" a ustedes también, no duden en decírmelo para que pueda añadirlo a esta pequeña pero creciente colección. A lo mejor estamos descubriendo un fenómeno a escala global. Cosas más raras se han visto.
3 comentarios:
Las competencias (Dirección por competencias, etc.) es un sabroso invento de las consultorías de RR.HH., para definir en varios folios -a precio de la angula- lo que en una línea dice el Diccionario. A partir de esa definición existe toda una filosofía que se aplica mediante instructivos cursos, tediosos libros y aburridísimos manuales. Aunque ahora ya no está muy de moda, pues priva más la gestión del conocimiento, el capital humano y parecidas zarandajas. No sé qué pasa, pero cuando se enlatan el sentido común y la lógica, el producto resultante gana muchísimo, sobre todo en volumen. Pero también los responsables de las empresas tienen derecho a dejarse engatusar, y las consultoras a vivir. Que son dos días.
Hoy he tenido una entrevista con mi jefe en torno a las competencias que desarrollo, las que me gustaría desarrollar... en base a un documento que se llama "Evaluación Competencial y del desarrollo". Bien, pues he aquí que después de todo esto, después de que llevo una semana en la que sólo veo la palabra competencia brincar a mi alrededor... él se ha visto en la ineludible necesidad de definirme la palabra "competencias". Sí, en efecto. No ha podido resistir el impulso y me lo ha explicado... por cuarta vez en los últimos cinco días.
"Love is in the air..." va a ser estas navidades "Competence is in the air..."
La vida laboral tiene a veces alegrías insospechadas. Abres la Intranet de la empresa, comienzas a leer un texto a todas luces incomprensible y de repente sueltas la carcajada. Espero que a ustedes les pase lo mismo:
"La inversión es perpetua, con opción de compra por parte del emisor a partir del 5º año, excepto si la empresa anticipa amorticipadamente, aquellos clientes que quieran recuperar la inversión tendrán que acudir al mercado secundario."
Ese "anticipa amorticipadamente" es delicioso. Propongo que nos lo apropiemos y lo utilicemos. Puede ser un regalo de reyes amorticipado.
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