25 enero, 2007

El Apocalipsis Adolescente

Iñaki Berrio en El Diario Vasco:

"La economía de lenguaje impuesta en nuestros días por los chats y los mensajes de texto está provocando una grave erosión en el idioma, especialmente en el de los adolescentes, que a punto están de desterrar las normas de la prosodia y la ortografía."

Ya estamos. Todo segmento de la sociedad está al borde mismo del colapso en cualquier momento dado de la Historia, ya sabemos. En Language Log ya tienen registrados varios ejemplos del pánico anti-adolescentes. Me permito citar/traducir el resumen de esta actitud: "las chicas usan o sea cada tres palabras y los chicos se comunican enteramente con intercambios de tío".

Nos lamentamos de la pésima ortografía de los estudiantes actuales, como si alguna vez la Península entera hubiera estado poblada exclusivamente de catedráticos y doctores. Sin embargo, a nadie le parece notable que La Juventud lea y escriba a diario, aunque sea mal.

Pero bueno, no merece la pena malgastar más tiempo criticando clichés apocalípticos; no más tiempo del que se ha empleado en formularlos, al menos. Lo que me extraña es que los diabólicos chats (¿Se acuerdan de los chats? Es como si volviéramos a 1998) y mensajes de texto están destruyendo, aparte de la ortografía, la prosodia. Si el señor Berrio de verdad quería utilizar esta palabra y no la ha elegido al azar, por ejemplo, entonces me gustaría leer un artículo que desarrolle esa idea.

No soy un experto ni en fonología ni en fonética, pero tenía entendido que la prosodia era el estudio de la entonación. Como tampoco estaba muy seguro, he mirado en el DRAE y no andaba desencaminado: es la parte de la gramática que trata la "pronunciación y acentuación". O sea, la entonación, el modo en que pronunciamos ciertas sílabas más altas que otras, el patrón que conforma la melodía de una frase. No se me ocurre ninguna manera en que los mensajes de texto corrompan a nuestros niños hasta que empiecen a decir /córazon/ en lugar de /corazón/, así que supongo que el autor se refería a la transcripción de los acentos, las tildes. Bien, hasta que alguien aprenda a hacer tildes con los dedos (igual que se hacen comillas moviendo los dedos como si fueran conejitos) me temo que eso sigue siendo ortografía.

Por último, puestos a editar y corregir, no he podido evitar darme cuenta de que en el artículo impreso pone playstation (en cursiva) y en el digital play-station (en redonda); en el digital también se les ha colado un signo de interrogación inicial, en lugar del de admiración. ¿O sea que los artículos de la página web no se corrigen? Tío.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

A los comentaristas lo que les irrita sobremanera es que hayan perdido la exclusividad de escribir y ser leidos. La opción de poder leer a multitud de escribanos, hace que perdamos interés en leerles a ellos. Y como no pueden competir, ni pueden censurar, se dedican a meter miedo, como bien se denuncia en este artículo. ¡Se van a cargar el idioma! Y esperan, por lo visto, que saquemos el cristo del armario y corramos a pedir el cierre de internet y de los sms. Son parecidos a los psicólogos que también nos advierten de los peligros que se ciernen sobre la juventud por abusar de internet. Y naturalmente, a los que hemos sobrevividos a los columnistas y a los psicólogos nos entra la risa.

Anónimo dijo...

En cambio, ponte a criticarles a ellos (los vejestorios) por ser unos anafabetos en internet... por dios...