12 julio, 2007

Palabra de barrio

Los sábados, cuando quedan unos minutos de vacío televisivo entre la película de Cine de Barrio y el Telediario de las nueve, devuelven la conexión al estudio para que Carmen Sevilla bendiga a su audiencia, generalmente en relación con el tráfico (parece ser que hay un grandísimo número de conductores entre los espectadores de Cine de Barrio). Admito que mi interés por las películas del programa es tan tenue como el que tengo por las películas de trogloditas, pero un sábado sin las bendiciones es un sábado perdido. Se duerme mucho mejor cuando Carmen Sevilla le lanza un beso a uno a través de la pantalla. Incluso en los días en los que parece ir vestida con las cortinas.

Pues bien, este sábado la liturgia se vio interrumpida con el anuncio de que en la siguiente película aparece la propia Carmen Sevilla. La presentadora, reflexionando sobre lo joven que era entonces, nos confiesa que de todo el grupo ella era "la más ingenuina".

Al principio me eché a reír descontroladamente, pero oigan, después de pensarlo me pareció muy bien la innovación Sevilla. No sé si quería describirse como ingenua o genuina, pero creo que las dos le vienen perfectamente. Si alguna vez ha dicho algo así como "Lo dijo con verdadera ingenuidad", ¡no vuelva a hacerlo! Pruebe con "Lo dijo ingenuinamente".

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Carmen Sevilla no tendría precio como directora del Instituto Cervantes. Tendríamos una palabra nueva cada dos por tres! Ninguna como "monjomio", eso está claro. Nadie tan irreverente como Mireia.

Anónimo dijo...

Cuando Carmen Sevilla se apresta a bendecir al pueblo español, el país se detiene. Los que están cenando, dejan la cuchara en el plato; los taxistas detienen sus vehículos -no los taxímetros- junto a la acera; los paseantes corren a plantarse ante el televisor. Una noche de sábado sin la bendición parabólica de C.S. puede ser una noche de terribles pesadillas. Por contra, escucharla y suspirar es todo uno. Y si encima nos obsequia con una nueva palabra, pues...